Ballet

 


El ballet es una danza clásica cuya representación se desarrolla de manera grupal sobre un escenario. En su formato clásico, el ballet exige al bailarín el dominio completo de su cuerpo. Por eso los expertos sugieren que los potenciales bailarines aprendan ballet a temprana edad (desde los seis años) debido a que, de lo contrario, les resultará muy difícil llegar a controlar sus movimientos con el nivel de precisión que exige esta danza.

Por el esfuerzo que requiere el perfeccionamiento y la capacidad de concentración que se necesita para la ejecución de los pasos, es habitual que el ballet se considere como una forma de vida para quienes lo practican. El desafío es conseguir que, sobre el escenario, todos los músculos y las partes del cuerpo se muevan en absoluta armonía, algo que requiere de mucho ensayo y entrenamiento.

Uno de los beneficios del ballet es el profundo desarrollo de toda la musculatura del cuerpo, además de la potenciación de la conciencia temporal y espacial que se desprende de los años de entrenamiento. Los bailarines son personas especialmente esbeltas y sus movimientos suelen ser muy coordinados, incluso mientras realizan actividades cotidianas. Además, la flexibilidad que se obtiene de la práctica no se pierde en la adultez.